
Cuando descubrí el Método Montessori por primera vez, quedé maravillada y enamorada totalmente de este método educativo, es algo más que un método, es una filosofía. No hay nada que no me guste. El respeto al niño, el protagonismo que se le da, la confianza en sus capacidades, sus preciosos materiales naturales, los entornos sumamente cuidados, todo es tan intuitivo, tan natural, que todo fluye a la perfección...
Obviamente empecé a meterme de lleno en el tema, aún no había acabado el grado y ya había leído dos libros sobre el método, en el cual poco a poco (por que...es muy caro...) me he ido formando a través de cursos y seminarios impartidos por IMI..
Así que os comparto algunos fundamentos de esta especial pedagogía que me mueve el corazón para que podáis entender como debería de ser en mi opinión la base de una buena educación:
RESPETO: Lo más importante es establecer unos vínculos de respeto. El niño es pequeño, le queda mucho por aprender, pero no por eso merece menos respeto que cualquier adulto, hay que respetarle siempre, no ridiculizarle bajo ningún concepto, ni reírnos de lo que hace mal. No podemos pretender que el niño respete si nosotros no le respetamos a él.
CONFIAR EN EL NIÑO: Tienes que confiar en tu pequeño. No coartarlo, ni limitarlo todo el tiempo. La mejor manera de aprender en esta vida es a través de los errores, hay que dejar que el pequeño se equivoque, confiar en él por encima de cualquier cosa.
OBSERVAR CON DETENIMIENTO: Se trata de seguir los ritmos del peque. No podemos imponer lo que tienen que hacer o aprender en cada momento. Se trata de averiguar sus intereses, sus gustos, su curiosidad en cada momento, y dejar que esta curiosidad fluya. Lo que mejor se aprende e interioriza es aquello en lo que estamos interesados, no hay nada más bonito que aprender con ganas, con interés. Intenta observarle con detenimiento en su vida diaria, para averiguar sus intereses.
ELIMINA EL "NO" DE TU VOCABULARIO Y DEJA PASO A LA CONSECUENCIA NATURAL: A veces resulta muy díficil hacer entender algo al pequeño sin imponer nuestra voluntad, es fácil perder los nervios y la paciencia, y nos vamos al camino rápido: ahí NO se toca porque lo dice mamá. Pero la manera más rápida y eficaz de que realicen un aprendizaje no es por imposición. Se trata de enseñar las consecuencias lógicas de sus actos al pequeño. De explicar, de hacer entender, de que sea un aprendizaje práctico y real, no que le venga impuesto. Trata de no corregirle, y de intervenir en sus actividades lo menos posible, a menos que sea completamente necesario. Ejemplifica y deja que él actúe, irá aprendiendo de sus errores.
ENTORNO DE AMOR Y CARIÑO: Para que el pequeño adquiera seguridad en sí mismo, confianza, valores, tenemos que crear un entorno de paz, de amor, de cariño, no sólo hacia él, si no en las relaciones que observa día a día. En la familia, entre los amigos. No olvidéis que los niños son esponjas y sus comportamientos tienen mucho que ver con todo lo que palpan, lo que perciben en su alrededor día a día.
LIBERTAD NO SIGNIFICA LIBERTINAJE: Dejar al pequeño libertad no significa que le dejemos hacer todo lo que quiera en cada momento. Hay que establecer límites claros y concisos, siempre bien explicados. No debemos permitir poner en peligro nunca su seguridad, ni que cause perjuicios con sus actos a otras personas. La libertad de una persona acaba donde empieza la de otra. Si el pequeño está en un parque jugando y pega a otro niño. Inmediatamente le retiraremos de allí, le explicaremos las consecuencias de sus actos, "si pegas harás daño al niño y no querrá jugar contigo, puedes acompañarle a pedir perdón. Se trata de que el pequeño tenga claros los principios básicos éticos y de orden. Unas normas sencillas y claras bastarán para que ordene su mente. Normas que pueda comprender según su edad.
MODELOS DE CONDUCTA ADQUIRIDOS A TRAVÉS DEL EJEMPLO: Si nuestra conducta es respestuosa, le mostramos modales al pequeño. Decir "gracias", "por favor"... el pequeño irá absorbiendo poco a poco. Aprender a compartir, a respetar turnos, el respeto hacia otras personas. Son modelos de conducta que irá aprendiendo con el tiempo. Un truco es aprovechar las situaciones de calma para explicarles las cosas.
SEGUIR RITMOS: No nos debe preocupar que el peque diga 10 o 12 palabras y otro de igual edad diga ya 20 o 30, y de igual manera con otras áreas de conocimiento y desarrollo físico, cada niño sigue un ritmo. Lo más importante cuando son pequeños es que disfruten de esta etapa tan mágica, que jueguen, que rían, que brinquen... y de paso si aprenden mejor que mejor, estoy segura que con una infancia plena, el aprendizaje vendrá rodado, porque en su propia esencia está la curiosidad por descubrir el mundo.
CONTACTO CON LA NATURALEZA: El contacto con la naturaleza les aporta libertad, les deja un camino abierto para desarrollar su imaginación y creatividad, crea en el niño experiencias y recuerdos inolvidables, les aporta sentido ético de cuidado de otros seres vivos, de respeto por el entorno.
(De ahí que cuanto más naturales sean los materiales y juguetes que tienen a su disposición mejor en este sentido).
AUTONOMÍA, AUTONOMÍA Y MÁS AUTONOMÍA: Que el pequeño consiga ser autónomo en diferentes aspectos de su día a día es el mejor premio para él en su aprendizaje, no hay nada que le motive más que ver como puede preparar un plato de comida, atarse los zapatos, vestirse, lavarse los dientes. Es algo que les motiva infinitamente, les alienta para seguir aprendiendo, para hacerlo "igual que papi y mami". Sólo hay que ver que los niños juegan a imitar lo que ven, con las cocinitas, con sus muñecos... Por eso, que intervengan en todas las tareas cotidianas tanto de aseo personal, como de cuidado del hogar, del entorno...Es el mejor juego para ellos.
APRENDIZAJE GUIADO POR SU RELACIÓN CON EL ENTORNO: El niño realiza un aprendizaje activo. Es el protagonista de su aprendizaje, no un espectador. Por eso, ha de tener un entorno que le permita desarrollar sus intereses, que le permita actuar, que le permita valerse por sí mismo, si así lo desea. Un entorno adaptado y ordenado. Que ejemplifique su relación con el mundo.
Es fundamental que el niño pueda tomar parte activa en sus rutinas diarias y para ello todo su entorno tiene que estar adaptado a su tamaño y ordenado.
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